Al analizar las cartas natales de Juan Carlos I y Felipe VI, llama la atención una gran similitud entre ellas. Ambos tienen el mismo Ascendente y un igual reparto de casas. Mientras el Sol de J. C. está emplazado en Capricornio y Casa 9, el de Felipe lo está en Acuario y Casa 10. No solo comparten Ascendente Tauro, sino que también tienen a Venus, regente del mismo, en Capricornio a tan solo 3º grados de distancia. Marte, pieza importante para definir la personalidad, está en ambas cartas emplazado en Piscis a una distancia de 5 grados entre sí, solo mencionar sobre este Marte que siendo algo que puede facilitar un carácter suave, sensible, algo ambiguo y soñador, no esta en sintonía con la cultura cuartelaria ni con la disciplina militar. Todos estos aspectos parejos entre ambas cartas, nos hablan de dos personalidades con rasgos muy similares y de una relación de fácil entendimiento entre ellos.

Algo destacable en ambas cartas, ya en relación a la astrología mundana, es que ambos tienen a la Luna en Acuario y sin aspectos, lo cual muestra una de las grandes fragilidades de esta monarquía, pues la Luna, en la astrología mundana, representa al pueblo, la democracia y en la carta natal de un monarca representa el vínculo del mismo con el pueblo. Esta Luna sin aspectos, nos habla de un vínculo roto con el pueblo. Y es que los hechos históricos hablan por si mismos para explicar este vínculo roto. Desde la perspectiva histórica, el linaje Borbón Español ha traicionado a su pueblo en varias ocasiones, apoyando a las dictaduras militares de Primo de Rivera y Franco, y alineándose siempre con las fuerzas más reaccionarias en contra de las reformas liberales progresistas y democráticas a lo largo de la historia ( http://temas.publico.es/14-abril-republica/2018/04/13/el-lastre-de-la-monarquia-su-papel-en-la-lenta-evolucion-de-espana-como-sociedad/ ). El Estado ha invertido e invierte un gran esfuerzo de propaganda por mantener una imagen atractiva de la monarquía. Funcionó muy bien la imagen del monarca mediador y facilitador del proceso de transición. El rey ejerció el papel de bisagra entre las fuerzas reaccionarias de la ultraderecha que quería mantener los privilegios del poder político y económico, y las fuerzas políticas populares que impulsaban las necesarias reformas democráticas. Este, al ocupar el vacío de poder producido tras la muerte del dictador, facilito abrir la puerta a todo el proceso de reforma institucional, para después cerrarla de nuevo con seguridad. Tras el éxito de la Constitución y los pactos de la Moncloa, se empieza a gestar la imagen de un rey que impulsa las garantías democráticas, aunque al pueblo nadie le había preguntado si prefería república o monarquía, solo se había refrendado una constitución que ya llevaba implícita la monarquía, una votación sobre la constitución que no dejaba ver otra alternativa que la del régimen anterior. (http://temas.publico.es/14-abril-republica/2018/04/13/la-huida-del-borbon-por-que-nunca-hemos-tenido-un-referendum-monarquia-republica/ ) A todo esto se esconde que fue el mismo dictador Franco quien designo como sucesor y continuador del régimen franquista al monarca que acepto complacientemente, sin ruptura explicita, ni reconocimiento ni reparo de los abusos e injusticias cometidos por la dictadura. Un mal menor que pasó desapercibido entre tanto barullo reformista, hasta el día de hoy, en que muchos se empiezan a preguntar que paso con los partidos republicanos españoles y con las aspiraciones republicanas de los partidos de izquierdas…

Esta relación entre la monarquía Borbónica y el pueblo o lo que es lo mismo, los Borbones y la democracia, la vemos reflejada astrológicamente en el emplazamiento de la Luna. También en la carta del día de la proclamación del rey don J. C. vemos un papel muy significativo de la Luna. El día de su proclamación tenemos una Luna en Cáncer como punto focal de una cuadratura en T con Plutón-Venus en Conjunción en Libra y en oposición a Júpiter en Aries, todos ellos en cuadratura con esta Luna en Cáncer que está en una oposición, en un orbe de 3º, al Sol del monarca.

Una Luna muy fuerte, en domicilio, que representa al pueblo y los movimientos democráticos, recibe la tensión de las clases pudientes y bien acomodadas representada por Júpiter en Aries, en Oposición a Venus-Plutón en Libra que representan, en este caso, a la alianza entre los representantes de la cultura popular (Venus) y la oligarquía (Plutón), una relación de dominación y fascinación mutua, de pasiones y sometimientos que rigen las relaciones Venus-Plutón (artista – productora), en Cuadratura con la Luna en Cáncer. Una Luna que como punto focal de esta cuadratura descarga su tensión en su punto opuesto, lugar de emplazamiento del Sol (representación del Monarca o Cabeza de Estado) de la carta natal de J. C.. Todo esto nos habla de cómo el papel del monarca facilita la liberación de una tensión entre el Pueblo ( Luna ) y la cultura de dominación ( Venus – Plutón ) de las elites sociales ( Júpiter ) y poderes económicos ( Plutón ) del país. Era un momento favorable para que la monarquía ejerciera un papel mediador facilitando el equilibrio de poderes en conflicto.
