No deja de impresionarme el imaginar cómo debía de ser el vivir en carne propia un ritual de iniciación y transformación como este. Como debe ser, el participar en un culto colectivo en el que tus semejantes y tu entorno se fusionan, participando en un ritual de transformación individual en comunión real con las fuerzas vivas de la natura. Cuán alejados estamos de ello, aún no sé si para bien o para mal.
Es una pena ver cómo la mentalidad judeo-cristiana insiste en meter a Dios en toda relación con lo trascendente. Dudo mucho que los Toltecas tuvieran un concepto parecido en su cultura, y no por ello dejaban de tener una mística y una espiritualidad muy rica. Lo que en todo caso demuestra este tipo de rituales es que esta cultura atesoraba unas creencias y valores totalmente arraigadas en su entorno natural. Cohesionando así creencias y valores socio-culturales con el entorno inmediato.
A mí, personalmente, me parece aberrante la confusión entre Quetzalcóatl con Dios. Y peor aún el propósito del ritual como una suerte de transformación en Dios. El documental trata de explicar la visión de los indígenas desde la visión judeo-cristiana y yerra de pleno al interpretar que el propósito de estos rituales era convertirse en Dios.
Muchas de estas culturas indígenas eran de extraordinaria sabiduría y muy ricas en rituales de transformación individual e iniciación a los misterios de la vida. Estos facilitaban la cohesión de valores y creencias colectivos, al mismo tiempo que permitían la maduración del individuo y su psique en un refugio compartido y colectivo sano. La identificación con figuras como Quetzalcóatl el Sol o Venus, son solo simbólicas y como representantes de los poderes que gobiernan el mundo, en estos rituales, facilitan la sensación de participación y pertenencia al mundo trascendente. Este mundo trascendente que sigue aconteciendo simultáneamente a la cotidiana mundanidad de la vida humana, aun sin darnos cuenta.
El hecho de que utilicen el cielo como espejo, y simbólicamente, sea representado en la tierra, es para mí una muestra de su sabiduría.
Dejando a un lado las injerencias judeo-cristianas, un documental altamente recomendable.