Agua, murmullo de silencio y quietud
Bálsamo de paz y abundancia,
Llenas la soledad del que acaricia el alma
Tú, melancólica brisa licuada
En el sombrío invierno frenas tu marcha
Con los tonos de la noche, ensombreces el alma
Espantas al viajero con frío y escarcha
En ti germina el destino
Nada detiene tu marcha
Vida y muerte reflejan tu estampa
Acariciando la luna, vestida de noche,
Acompañas los sueños del ser que te acoge
Confundes la luz con tus reflejos,
Juegas a esconderte en un juego de espejos
Purificas la vida, embelleces la muerte
Tan solo hace falta saber entenderte
De nada sirve tan solo tenerte
Siempre vives, nunca mueres, eres el eterno presente